Nos aventaron el auto, quisieron prensarme y quitarme el arma, temí por mi vida y comencé a disparar al suelo y al motor: jefe de escoltas del fiscal morelense

***Edgar Verdeja, encargado de la protección del fiscal, Uriel Carmona no aceptó la recomendación de la CEDH porque asegura que los jóvenes quisieron arroyarlo

“Me dirigí hacia el auto, me identifiqué: Agente de Investigación Criminal, descienda del auto (…) yo todavía no me percataba cuánta gente venía, si traían armas, cómo venían vestidos y si cortaban armas, pero sí me percaté de los acelerones del carro y decía (uno de los jóvenes) chingátelo, chingételo, mátalo al cabrón; intenta prensarme (Israel) con su carro contra la camioneta blindada, lo único que hago es utilizar mi arma porque me iba arroyar”, narró Edgar Verdeja, jefe de escoltas de la FGE.

Los elementos de seguridad del fiscal de Morelos, Uriel Carmona Gándara, explicaron en entrevista para El Financiero, cómo se suscitó el altercado con Israel Rodríguez y Javier Díaz el pasado 5 de agosto en la Autopista del Sol a la altura del tramo de El Polvorín, del cual sostienen que reaccionaron ante la agresión que sufrieron por los ocupantes del vehículo Vento negro, quienes comenzaron a cerrarles el paso, desde que salieron de la caseta de Temixco hacía Cuernavaca.

El lunes, un juez de control liberó Israel Rodríguez y Javier Díaz, de 18 y 20 años respectivamente, al calificar como ilegal su detención y a quienes se les acusó desde la Fiscalía General del Estado por tentativa de homicidio y daños hacia el convoy de Uriel Carmona, el pasado jueves a las 15:30 horas.

“Este vehículo sedán, al entrar al retorno frena completamente y obstruyendo el paso de la camioneta del fiscal, frena, el conductor (de la camioneta) logra hacer una maniobra para evadirlo y continuamos de frente hacia Emiliano Zapata (…) volteamos a ver el vehículo (Vento) vimos que tomó el retorno que se fue y pensamos que había sido un falla mecánica”

“Cruzamos la caseta, íbamos normal, de pronto uno de los escoltas nos dice ‘jefe el carrito negro ya viene aventándo las luces y avéntadose a todos los demás’ volteo y efectivamente aventaban el carro para que estos se abrieran y lo dejaran pasar”, detalló.

Si bien los jóvenes en ningún momento mostraron armas, explicó que con palabras altisonantes y con señas le exigían al chofer escolta que se detuviera; el auto, dijo, que el auto traía los vidrios polarizados, lo que impidió observar que los jóvenes iban en traje de baño y no llevaban armas.

Metros más adelante los elementos observaron una camioneta blanca marca Kia o Mazda que obstruía el carril derecho por donde el convoy pretendía rebasar, por lo tuvieron que incorporarse a la izquierda nuevamente y el carro (negro) ahí seguía pero “para nuestra sorpresa, el carrito negro se frenó intempestivamente como la camioneta blanca”, relató.

En tanto, la camioneta del fiscal se retiró del lugar y la blanca también se fue. Pero el conductor de nombre Israel, se echó de reversa y le aventó el auto a tal grado que iba arroyar a otro de los escoltas y, en la maniobra, golpeó la camioneta oficial, continuó su marcha ‘alocadamente’ y chocó con otro vehículo, pues ya se había detenido la circulación en el kilómetro 97 de sur a norte.

Fue entonces, que el jefe de escoltas comenzó a disparar “para advertir” unos al suelo, otros al cofre y a las puertas; siete impactaron en la puerta del copiloto y seis en el cofre del motor, por lo que aseveró que si realmente “los hubieran querido matar”, como lo afirmaron Israel y Javier, los balazos se hubieran hecho hacía el parabrisas como lo indica el protocolo.

“Trató de arrebatarme el arma de fuego, lo tomo del cañón, estaba caliente me quemo unos de mis dedos; me dijo, te salvaste con palabras altisonantes y me reiteró que me iba a matar. Entonces yo me percato que no venían en sus cinco sentidos por la actitud que traía, lejos de venir alcoholizados, también venían bajo los efectos de una droga”, relató.

La FGE informó que los jóvenes habían salido positivos a consumo de cocaína, después de que se les realizaron exámenes toxicológicos, después de haber sido detenidos por el altercado. Ellos señalaron que sólo habían tomado e incluso uno de ellos iba dormido.

Y es que aclaró, Edgar Verdeja que ellos no desnudaron a los jóvenes, iban en traje de baño (como lo indicaron los familiares) y, los cubrieron con un trapo debido a que el incidente provocó que curiosos comenzaran a tomarles fotos y video, por lo que ellos, dijo, buscaban cubrir su identidad.

Los raspones de las rodillas, señalan, no se los hicieron los escoltas, añadió, se los provocaron los propios jóvenes al intentar levantarse en varias ocasiones cuando ya estaban esposados.

En tanto, Edgar Verdeja consideró crucial dar su versión de los hechos, porque los han señalado de “abuso excesivo de la fuerza” y tortura pero reiteró que él buscó defender su vida, tras el intento de los jóvenes de atropellarlo, por lo que negó aceptar la recomendación de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), quien abrió una carpeta de investigación por presunto abuso de autoridad.

Y, señaló que fue crucial disparar porque la intención de los jóvenes fue desde un inicio arroyarlos con el auto “yo soy el primero en estar de acuerdo en que esto se investigue”, abundó.