Manipular, intrigar y engañar para conseguir la guerra y la conquista

Por: Verónica Bacaz

Historiadores refieren que el complejo o Síndrome Napoleónico, según la leyenda, se explica cuando Napoleón Bonaparte sobrecompensaba su corta estatura buscando el poder, la guerra y la conquista.

Pero dicho estado o comportamiento mental toma el nombre del emperador francés y su fama se explica de “baja estatura” es porque Napoleón solía hacer sobremesa y embriagarse con soldados de bajo rango. Aquello fue utilizado por los ingleses para hacerle contrapropaganda de ser un general de “poca estatura”.

Y a qué viene esta analogía, simplemente a que estamos ante el panorama de una posible gobernante que busca el poder por el poder, a través de la manipulación, la intriga y el engaño para conseguir la guerra y la conquista.

Así logró manipular y engañar, al principio de estas elecciones, a Marco Cortés, dirigente nacional del PAN, a Alejandro Moreno, del PRI, y a Jesús Zambrano del PRD, y con sus encuestas “cuchareadas”, donde ella obviamente se colocaba al frente, logró ser la candidata del Frente Amplio, después de no alcanzar a ser la abanderada de Morena por sus lazos con el fiscal General del Estado, Uriel Carmona Gándara.

Ahora, en la recta final de las campañas lanza dardos con veneno en contra de sus adversarias, a fin de engañar a la audiencia, manipular conciencias y presionar con tal de ganar la elección.

Uno de los cuantos títeres de Meza Guzmán es el priísta Eliasib Polanco Saldívar, actual diputado del tricolor en la llamada «legislatura del terror», quien al no conocer la historia del estado, se aventó la puntada de denunciar a la candidata de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, Margarita González Saravia, por la administración del Parque Acuático “Las Estacas”.

Por más de 30 años, este atractivo natural ha estado bajo la administración que encabeza Margarita y su familia, lo sabe incluso el panista Marcos Manuel Suárez Gerard, quien fue secretario de Turismo, para que ahora busquen removerle por esa vía, al no tener elementos para atacarla y hacer que descienda en las encuestas.

Pero quién está atrás de esta puntada del legislador, pues Lucía Meza, quien seguramente y conociendo su actuar, ya fue a intrigar con los lugareños para que actúen contra González Saravia y generar conflicto donde no hay.

Y es que el Impepac le dictó medidas cautelares a Lucía Meza para que deje de invisibilizar a Margarita González Saravia, al nombrarla como candidata del gobernador Cuauhtémoc Blanco.

El otro títere, Sergio Prado Alemán, dirigente estatal del PRD, me cuesta trabajo creer que se preste a ello, pero manipularlo para que declare a los medios que le solicitarán a Jessica Ortega de la Cruz, candidata de Movimiento Ciudadano a la gubernatura, a “pedirle formalmente” que decline a favor de Lucía Meza es seguir ejerciendo violencia política de género.

Y a él es mostrarlo como una persona sin criterio propio y fácil de manipular al hacer tan burda declaración, cuando lo único que logró con ello es ejercer violencia política de género contra la candidata naranja.

Ese tipo de estrategias de manipulación y presión para lograr el triunfo ya lo hizo en su momento Rodrigo Gayosso Cepeda, pues a algunos candidatos los llevó con engaños y a otros con chantajes, y les decía: «Mi papá (Graco Ramírez) ya te apoyó en tu municipio con programas sociales, ahora te toca ser agradecido y sumarte a mi proyecto»; así los atoraba y los hacía declinar. Y aún así, Gayosso quedó en tercer lugar.

Lucía Meza se benefició del apoyo del fiscal ante abogados, pero una vez que Uriel Carmona pisó la prisión, se quiso desmarcar de él, lo tachó de imprudente y de afectarla. Pero al salir lo siguió utilizando para denunciar al comisionado José Antonio Ortiz Guarneros.

Y lo más reciente, utilizar como botín político el artero crimen del comerciante de Cuautla, Ricardo Arizmendi Reynoso, al hacer acusaciones sin sustento y hacer apología del delito, cuando al enemigo lo tiene en casa. Hay que checar la planilla que Jesús Corona. Cuando en este momento lo que importa es la víctima y su familia, ella no es la protagonista.

Al no tener al frente a Cuauhtémoc Blanco y pelear con él, para colgarse de su fama, Lucía Meza la agarró contra Adán Augusto, que fue enviado a Morelos a operar a favor de Margarita y ahora contra los candidatos de Movimiento Ciudadano y la hija menor de Jessica Ortega.

Bien dicen que en la guerra y en el amor todo se vale, pero ¿estamos viendo en Morelos a alguien con el Síndrome Napoleónico convertido en mujer?