***Casualmente a un año de este terrible feminicidio, ya hay avances; el fiscal no aprendió la lección
Por: Verónica Bacaz
La tarde del 5 de octubre del 2022, el cielo se tiñó de rojo y el ambiente en la zona norte de Cuernavaca se tornó triste y desolador, la diputada Gabriela Marín había sido arteramente asesinada con varios disparos de arma de fuego, por dos sujetos a bordo de una motocicleta, cuando ella se bajó de su camioneta a una farmacia a comprar productos para su bebé de meses, los agresores huyeron con rumbo desconocido y sin ser alcanzados e identificados.
De inmediato, el fiscal Uriel Carmona y un grupo de diputados llegaron a la zona del crimen, los legisladores habían sesionado ese día, el estacionamiento de una conocida cadena de farmacias era el escenario de una de las tragedias políticas más grandes que ha tenido el estado, después del feminicidio de Gisela Mota, alcaldesa de Temixco el 2 de enero de 2016, en el segundo día de su mandato.
El cuerpo de la joven legisladora quedó sin vida junto a la camioneta y su chofer resultó herido, era un ambiente de indignación, a todos los reporteros que cubrimos ese suceso, nos invadía un sentimiento de frustración de encabronamiento.
Fue una jornada extenuante, cansada, dolorosa porque Gabriela Marín luchó por hacer valer sus derechos electorales y poder llegar a la curul, que semanas atrás le habían arrebatado los hermanos Roberto y Julio César Yáñez Moreno, tras el deceso del tío de ellos Juan José Yáñez Vázquez, quien dejó el escaño vacío por muerte natural y, que por orden de prelación le correspondía a Marín.
Recordar, que tras el deceso del tío, «en un acuerdo político» tomaron protesta a Roberto Yáñez Moreno quien se registró por la acción afirmativa que le tocaba a la comunidad LGBT, pero el lugar le correspondía a Gabriela Marín, pues ella estaba en la segunda posición de la lista y, como suplente la esposa de Roberto, Marguis del Rayo, ahora diputada.
Días y meses después todas las declaraciones del fiscal general, Uriel Carmona Gándara respecto al feminicidio de la joven diputada, iban orientadas a que tenían de avances la identificación de un rostro, pero se quejaba a la vez de que no existía detenciones en flagrancia, no ubicaron la motocicleta porque no tenía placas, pero la imagen del sicario ya.
Posteriormente se escudaba en el sigilo de la investigación para no aportar más datos y no dar declaraciones a los medios ante la insistencia de muchos de nosotros, aún no ocurría el feminicidio de Ariadna Fernanda;
Carmona no abundaba nada que comprometiera la carpeta de investigación o que alertara a los asesinos, se entendió, pero a la sociedad le urgían resultados inmediatos; y es que detrás del cargo que ella asumió había muchos intereses políticos y oscuros, entre esos que el gobernador Cuauhtémoc Blanco no tuviera mayoría en el recinto de Gándara, para que no se le ocurriera remover al titular de la FGE, pese a que no aprobó los exámenes de control y confianza y era fiel lacayo del exgobernador Graco Ramírez.
La historia no cambió hasta después de la captura del fiscal Carmona por parte de la Fiscalía General de la Ciudad de México en agosto y que lo mantuvo poco más de un mes tanto en el Reclusorio Sur como en el Altiplano, pero probablemente a partir de este jueves exista información reveladora.
Hoy, lo que menos importa es la grilla y los actos políticos en que está envuelto el fiscal y sus protectores los diputados del G15, lo crucial es que se haga verdadera justicia a Gabriela Marín a un año de su muerte, que los verdaderos culpables (y no chivos expiatorios) sigan en la impunidad y gocen de la protección del manto de la corrupción.
Que su familia sienta un poco de alivio, -porque el dolor de perder a Gaby fue inmenso como el de cualquier familia que pierde de esa horrible forma a su hija, hermana, madre, cuñada-, al saber que el verdadero asesino esté tras las rejas y pague. Pero que no sea un chivo expiatorio o que no haya confesado «su crimen» bajo tortura como ocurrió con Luis Alberto «N» alias El Diablo.
Hoy estará en el ojo del huracán la comparecencia a las 14:00 horas en el Congreso del Estado en su papel de víctima, que lejos de ser un ejercicio de rendición de cuentas, será un circo y un cúmulo de adulaciones de parte de los diputados hacía Carmona como ha sucedido en sus anteriores comparecencias y en donde se ha mofado de la protección que le brindan los poco astutos del G15.
En medio del teatro que armarán los legisladores porque incluso convocaron a todo el personal de las fiscalías para apoyar a Uriel; está la captura del asesino material o autor de la joven diputada, a pregunta expresa de alguno de los diputados lambiscones, el fiscal responderá “tenemos detenido y/o capturado a uno de los criminales” y ya fue presentado ante el agente del ministerio público.
COMPARTO UN PENSAMIENTO DE LA FAMILIA DE GABY A UN AÑO DE SU FEMINICIDIO