*** El recorrido se podrá realizar únicamente en torno a la plaza principal del antiguo asentamiento, sin poder acceder aún a las edificaciones prehispánicas
*** La reapertura se da tras evaluar la pertinencia de regresar a una cierta normalización las actividades en el sitio
Ante trabajos de conservación que serán dilatados y la necesidad de las comunidades aledañas de disfrutar del espacio, la Zona Arqueológica de Teopanzolco, en Cuernavaca, la capital morelense, ha reabierto parcialmente procurando medidas de seguridad para los visitantes y para la protección de las estructuras prehispánicas que resultaron afectadas por el sismo del 19 septiembre de 2017.
El director del Centro INAH Morelos, el antropólogo Víctor Hugo Valencia, informó que se tomó esta decisión tras evaluar la pertinencia de regresar a una cierta normalización las actividades en el sitio, y considerando que es un lugar de recreación para los colonos. El recorrido podrá realizarse únicamente en torno a la plaza principal del antiguo asentamiento, sin acceder a las edificaciones.
Sin embargo, esta reapertura será temporal, a espera de contar con los recursos para emprender las labores de consolidación y restauración de las estructuras dañadas. Cabe recordar que, de forma previa, se efectuó una reparación parcial del Gran Basamento para devolverle estabilidad estructural, durante la cual fue posible llevar a cabo una exploración arqueológica que reveló novedosos datos sobre su construcción.
A mediados de 2018 se dio a conocer el descubrimiento de una subestructura al interior de dicha pirámide. Al realizar esta tarea, encabezada por la arqueóloga Bárbara Konieczna, del Centro INAH Morelos, con la colaboración de su colega Georgia Yris Bravo, se descubrieron los muros de un posible templo con una banqueta y restos de una pilastra estucada que sostenía un techo; vestigios que corresponderían a su primera etapa de edificación, entre 1150 y 1200 d.C., en el periodo Posclásico Medio.
De acuerdo con el informe de Konieczna, se reparó el núcleo de la subestructura del Gran Basamento, en su porción norte, consolidando además las grietas de las esquinas de la subestructura y de la construcción exterior (ambas al sureste), y restituyendo la pared del foso oeste y un muro del lado norte.
Resta consolidar otra parte del núcleo, en su porción sur; así como consolidar el friso de estuco en la pared este de la subestructura y las juntas de las paredes del cuerpo exterior del basamento, lo que implica atender el abombamiento de la pared lateral de la alfarda sur. También se necesita consolidar la parte baja de la escalinata de acceso de la estructura exterior.
En virtud de lo anterior, es que los visitantes sólo podrán acceder a la plaza principal, y se prohíbe subir a las construcciones prehispánicas, de ahí que los monumentos están acordonados.
El titular del Centro INAH Morelos abundó que esta reanudación de actividades en Teopanzolco, entre las que se encuentra el mantenimiento de las instalaciones, el deshierbe y atención de pequeñas oquedades en las antiguas edificaciones, ayudarán a que no proliferen vegetación y fauna nociva, lo que podría representar un riesgo añadido.
Una vez que se cuente con el monto asignado por el Fonden, además de concluir la consolidación y restauración del Gran Basamento, se atenderán el resto de las estructuras, en su mayoría plataformas y basamentos de menores dimensiones, las cuales presentan en sus paredes diversas grietas y fracturas en juntas. Se trata de una decena de estructuras denominadas de forma numeral.
Las evidencias más tempranas de ocupación en Teopanzolco datan del periodo Posclásico Medio. No obstante, los restos arquitectónicos y cerámicos de este lugar indican que el primer asentamiento fue destruido y quedó sepultado bajo el piso de la plaza, y sobre sus restos se construyeron, en el Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.), nuevos edificios.
Es probable que sus primeros pobladores fueran los tlahuicas, como lo mencionan fuentes escritas del siglo XVI. A la llegada de los mexicas a esta región, se levantaron nuevos templos, palacios y casas, ejemplo de ello, es el Gran Basamento, en cuya cima había templos dedicados a Tláloc y Huitzilopochtli, deidades rectoras de los tenochcas.
Hoy, inmersa en la cotidianidad de sus habitantes, la zona arqueológica es uno de los espacios emblemáticos de la ciudad de Cuernavaca. Por su importancia histórica, forma parte del paisaje cultural, social y urbano que define a este lugar del estado de Morelos.
El horario de acceso es de lunes a domingo, de 10:00 a 17:30 horas. Costo: 55 pesos. El domingo la entrada es libre para público nacional y extranjeros residentes.