Por: David Monroy | Columna invitada
Es cierto que el Congreso se mantiene paralizado, los diputados enfrentados y la justicia laboral ausente del Palacio Legislativo.
Es cierto también, que el conflicto entre los diputados no es una circunstancia unipersonal o producto del descuido o de los intereses, solamente. Pero hay quienes abonan mas y otros, nada.
Es cierto que del discurso, de las declaraciones, y de los deseos, no se ha pasado; que la falsedad del discurso se evidencia con la ausencia de acciones consecuentes, y al final de cuentas, nada.
Eso se llama incongruencia, por decir lo menos. Nadie cede. No hay confianza entre los diputados, y es lógico. No hay cabeza, eso es evidente.
Y gran parte de esa responsabilidad, no se si la culpa completa, pero si la responsabilidad, recae mucho en el presidente del Congreso estatal, FRANCISCO SÁNCHEZ ZAVALA que, a decir verdad, tampoco se le puede exigir mucho. Debemos comprenderlo y entenderlo.
A saber. Desde su nombramiento como líder del Poder Legislativo se le ubica disfrutando del poder, pero titubeante; se le nota que goza su posición, pero que detesta ser cuestionado y también detesta su obligación de rendir explicaciones, no sólo a los medios de comunicación, también a la sociedad.
Le gusta el espacio, le gusta ser atendido, servido y «floreado», pero es incapaz de hacer política, es decir, de cumplir con su trabajo como el primero entre sus iguales, y los resultados están a la vista, a los que debemos agregarle un enfrentamiento directo, injustificado, pero real, con varios medios de comunicacion y comunicadores. ¿Por qué? En otra columna dibujaremos que se percibe y lo que se sabe.
FRANCISCO ERICK SÁNCHEZ ZAVALA, tiene tres deficiencias que terminan por eclipsar al presidente del Congreso de Morelos, y que han sido evidentes en los pocos meses que lleva al frente del Poder Legislativo. A saber.
Es clara una evidente deficiencia académica. Hoy y también mañana, SÁNCHEZ ZAVALA tiene tropiezos y tras pies cuando habla de procedimientos jurídicos, plazos, circunstancias y límites legales. Si no lee, si no sabe, tampoco sus asesores lo «couchean» y constantemente lo dejan mal parado.
Tiene una evidente carencia de cultura política. Al menos, los que hemos visto, eso nos deja ver. Ganar dos elecciones, y seis años de alcalde, no le enseñaron nada, mas que a imponer. Olvidemos de comprender que cada cabeza es un mundo, y que no es atropellando como se consiguen las cosas.
Se le nota autoritario, odia la critica, no conoce la auto critica y, peor aún, la democracia, tolerancia y apertura se le atragantan, sobre todo si sus contrincantes son mujeres. Es antidemócrata.
La tercera deficiencia, quizás la mas importante, es la que tiene que ver con un sentido ético: Una y otra vez, SÁNCHEZ ZAVALA ha llamado al diálogo, y aplasta; vuelve a llamar, y ataca; lanza otro exhorto, y atiza. Ya no le creen, y eso en mi tierra se llama INMORALIDAD y, a estas alturas, ya no tienen credibilidad., y quien no tiene credibilidad, no tiene nada.
LA MAYORÍA DE LAS VECES EL HILO SE ROMPE POR LO MAS DELGADO.
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COLUMNA PUBLICADA A PARTIR DE ESTE MARTES EN EL PORTAL www.davidmonroydigital.com