Comunidades de Chilpancingo brindan alternativas de ecoturismo

Por: Rosario García Orozco

Chilpancingo, Gro., 15 de agosto del 2021.- Las comunidades de Xocomanatlán, Azinyahualco, Amojileca, Llanos de Tepoxtepec, Huacalapa y Río Verde pertenecientes al municipio de Chilpancingo cuentan con un clima fresco, paisajes hermosos, cabañas tradicionales, aroma a pino y a lavanda, empañado solo a veces por la mañana o por la tarde por una neblina densa, pero ofrecen diversas opciones de ecoturismo.

En Xocomanatlán se cuenta con una gastronomía que va desde lo más sencillo como aporreado, huevos en salsa, hasta barbacoa de chivo o pollo, todo preparado en leña, y acompañado con tortillas a mano, un buen queso y café.

Sus cabañas tradicionales invitan a pasar un fin de semana alejado del bullicio de la ciudad, y por las mañanas puedes salir a caminar en los cerros cercanos o pasear de manera relajada en bicicleta o cuatrimoto.

Azinyahualco tiene lo suyo, se llega por Ocotito, el camino tiene sus atractivos, el aroma es rico y el sonido de la naturaleza es increíble.

La comunidad está rodeada de árboles de durazno, limón, mango y demás frutos que ofrece la naturaleza, además de que se come muy rico, y si estás de suerte hasta barbacoa de venado podrás saborear.

Hay un río al que acuden los lugareños y visitantes, donde todas las generaciones conviven y comparten agradables momentos. Vale la pena visitar esa localidad y tomar un descanso de la vida diaria y vertiginosa de la ciudad.

Amojileca es una localidad conocida por su producción de mezcal, pero también por las pozolerías que se abarrotan los jueves y domingos.

Además del Venadario, un lugar que funciona como reserva de venados, y además ofrece un recorrido a través del cual se pretende hacer conciencia del daño al medio ambiente que causa el hombre, y también puedes disfrutar de un mirador encantador, y la tirolesa es el extra en el lugar.

Las opciones de entretenimiento y turismo ecológico de Chilpancingo incluyen también a Llanos de Tepoxtepec, un espacio agradable al que se llega por la colonia Jardines de Zinnya.

Desde el inicio del recorrido la vista es agradable, árboles, plantas, flores, y que decir del delicioso aroma a pino.

Desde la entrada el pueblo puedes apreciar las cabañas de madera con chimenea y de uno o dos pisos para ser rentadas a los visitantes.

Además, la mayoría de las viviendas de sus habitantes son de madera, lo que hace que sea más pintoresco el lugar.

A ello se une el aroma de su gastronomía: pan casero, café muy aromático, mole verde, mole rojo, carne de puerco en salsa verde, frijoles de olla, todo cocinado en leña.

Además de que hay espacios adaptados para acampar, de tal manera que los visitantes pueden disfrutar de noches románticas a la luz de la luna y con fogatas para aminorar el frío que se siente, sobre todo en la noches de diciembre.

En tanto que en la comunidad de Huacalapa se aprecia un ambiente agradable que va desde la tradicional milpa, hasta alcatraces, lavanda, margaritas y rosas de varios colores.

La localidad está instalada en las faldas del cerro, donde se registran temperaturas de entre -3 y -6 grados en invierno.

La mayoría de las viviendas son de madera, cabañas sencillas, pero muy bonitas, con corredores y hamacas para un descanso más agradable hasta que se acerca la noche y las familias salen al frente de sus viviendas para prender fogatas y apreciar la luna y las estrellas.

Su gastronomía tradicional se distingue por un caldo de hongos muy rico y la delicia de sus quesos, elaborados para ser vendidos a sus clientes de la ciudad capital, principalmente.

En este recorrido de fines de semana, durante casi mes y medio, también hubo la oportunidad de visitar Río Verde, un lugar con un ambiente muy agradable, que se caracteriza por la producción de maracuyá, con el que se elabora vino, mezcal y ricas aguas frescas.

Un atractivo del lugar es el manantial que lleva el mismo nombre, Río Verde, y que se formó tras los fenómenos hidrometeorológicos de Ingrid y Manuel.

Cuentan los lugareños que se desbordó el río e inundó parte del pueblo, y cuando empezó a bajar su nivel normal, se dieron cuenta del manantial que se había formado, así que decidieron convertir en oportunidad lo que de manera inicial fue una afectación.

Hoy el manantial cuenta con borde, y un andador, además de escaleras para que los visitantes puedan llegar fácilmente y disfruten del lugar de manera gratuita.