El Parlamento portugués ha aprobado este jueves tramitar los cinco proyectos de ley presentados sobre la muerte asistida gracias al voto mayoritario de los diputados socialistas y los del Bloco de Esquerda. Antes de entrar en vigor —y acabados los trámites parlamentarios— deberá superar el poder de veto de la Presidencia de Portugal y el parecer del Tribunal Constitucional.
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Los dos mayores partidos, el Partido Socialista (PS, 108 diputados) y el Partido Socialdemócrata (PSD, 79) dieron libertad de voto a sus miembros y, aunque se pudieran producir cruces de votos (el escrutinio final no se ha hecho público), no se ha modificado el resultado previsto. El proyecto del PS fue el que más votos recibió, 127 de los 222 diputados presentes (la cámara tiene 230), seguido del del Bloco, con 124.
Es la segunda vez que la cámara portuguesa vota una ley para legislar sobre este asunto. La primera, en 2018, rechazó despenalizar esta práctica en una votación muy ajustada que se resolvió con una diferencia de tan solo lo cinco votos. Sin embargo, en el nuevo parlamento, salido de las elecciones del pasado octubre, los defensores de la eutanasia han obtenido más votos que los contrarios. Según una reciente encuesta del Instituto Universitario Egaz Moniz, el 50,5% de los portugueses es favorable a la eutanasia, el 25,6% contrario, y el resto, un 23,9%, está indeciso.
Las cinco propuestas —del PS, Bloco de Esquerda (BC), Personas Animales Naturaleza (PAN), Verdes e Iniciativa Liberal— no difieren en lo sustancial: solo podrán recurrir a la muerte asistida portugueses —o los que tengan residencia en el país— mayores de edad, en pleno uso de sus facultades mentales y que sufran una enfermedad o lesión incurable e insufrible. En todos ellos, los trámites garantistas exigen la corroboración del paciente hasta en cuatro ocasiones, el seguimiento del proceso por parte de una comisión médico-jurídica y el derecho a la objeción de conciencia por parte de los profesionales de la salud.
En el texto de Los Verdes se puntualiza que la muerte asistida solo se podrá practicar en centros de salud pública, mientras que el PAN añade la dolencia psicológica a los casos en que se pueda recurrir a la eutanasia. En comisión se deberán limar las pequeñas diferencias.
Vía: El País