Primer parte
Por: Rosario García Orozco
Chilpancingo, Gro., 26 de julio del 2020.- Julieta Altamirano Crosby, es una guerrerense, originaria de Ocotito, municipio de Chilpancingo, que desde principios de este año es la primera mujer latina con el cargo de City Council en Lynnwood, en el estado de Washington.
Luego de graduarse como Licenciada en Ciencias de la Comunicación, en la Universidad Autónoma de Guerrero, Julieta Altamirano hizo una maestría y doctorado en la Universidad de la Habana, en Cuba.
Con todo y esa preparación, relata que su llegada a Estados Unidos, hace unos 11 años fue difícil, “no hablar inglés en ese país, es como no tener voz”, por lo que se empeñó en aprender el idioma para poder comunicarse, meta que logró en dos años.
Es así como se dio cuenta de las necesidades de la comunidad de habla hispana, pero en especial de quienes sólo hablan alguna lengua indígena, y cayó en cuenta que sin dominar el idioma inglés es más complicado salir adelante.
Lamentó que los gobiernos de los estados mexicanos no se preocupen por atender a esos grupos vulnerables radicados en todo el territorio norteamericano, y en especial los titulares de las secretarías que tienen la responsabilidad de atender a los migrantes.
Se requiere que las autoridades correspondientes acudan a esas ciudades y conozcan de cerca las necesidades de los guerrerenses, que ingresan una importante cantidad de recursos a la entidad a través de sus remesas, y que desde el punto de vista de Julieta Altamirano, merecen ser escuchados y atendidos.
“A mí por ejemplo, como migrante guerrerense, me gustaría saber que programas tiene la Secretaría del Migrante”, dijo quien desde hace unos meses ostenta un cargo público en Estados Unidos y ya cuenta con doble nacionalidad.
Explicó que desde antes de ser City Council Member era gestora de latinos, “he apoyado desde el 2012 a varias familias a repatriar a sus seres queridos a sus lugares de origen de varios países. Es algo muy doloroso”.
Y relató que en su papel de Comisionada de Asuntos Hispanos de Washington tuvo la posibilidad de ayudar a dos familias de Guerrero, “y tristemente nunca me contestaron en la Secretaría del Migrante, por lo que acudí a una amistad para apoyar a esos dolientes”.
Reconoció que de todo el país, sólo el gobierno del Estado de Guanajuato informa debidamente a sus paisanos sobre los trámites que se deben realizar para lograr una repatriación de cuerpos, los migrantes originarios del resto de los estados, no saben qué hacer.
Altamirano Crosby recordó que en la comunidad guerrerense radicada en Estados Unidos fue muy sonado el caso de Doña Carmen, madre de uno de los 23 migrantes que fallecieron por Covid en Estados Unidos, porque la señora tuvo que pedir dinero prestado para viajar desde Malinaltepec, en la Montaña de Guerrero, hasta Chilpancingo, donde le hicieron entrega de la urna con las cenizas de su hijo Antonio.
Explicó que los paisanos guerrerenses se preguntaban si la Secretaría del Migrante no contaba con recursos económicos para poder acercar las urnas con los restos de sus familiares hasta su región, por lo menos.
Agregó que las personas que están en esos cargos, por lo menos “deben haber caminado en los zapatos de un Migrante, que sea bilingüe y bicultural, porque si van a realizar convenios diplomáticos deben saber cómo se mueve la cultura anglo, que tenga el corazón en su lugar, y la pasión para atender a sus paisanos, a pesar de las distancias”.