Lealtad ciega: la especialidad de la casa

Por: Oscar Armijo

Ese ápice de confianza que aún depositaba en las instituciones y los poderes del Estado terminó por esfumarse cuando el Congreso de la Unión aprobó la extinción de 109 fondos y fideicomisos públicos, en un ominoso proceso que comprobó la “lealtad ciega” de decenas de legisladores que tanto exige para su proyecto de transformación el residente de Palacio Nacional, que condujo al lamentable deceso de un Senador y que demostró -parafraseando al periodista Ricardo Raphael- que la estupidez también puede legalizarse.

En este sentido, bajo el estandarte del combate a la corrupción y con la valiosa participación de la mayoría de nuestros representantes populares, AMLO pudo “cumplir” uno de sus compromisos pendientes, sin importar que en el camino desaparecieran instrumentos que funcionaban -la mayoría- adecuadamente y que beneficiaban, entre otros, a científicos, investigadores, estudiantes, deportistas, cineastas, periodistas y defensores de los derechos humanos; todos ellos, parte del pueblo bueno que el mandatario federal juró proteger y que ahora se encuentran inmersos en la incertidumbre y abandonados a su suerte.

Tristemente, ya nada sorprende tratándose de López Obrador y su séquito de aplaudidores, pues lo acontecido en las últimas semanas confirma el hecho de que los integrantes de los Poderes Legislativo y Judicial (supuestamente autónomos e independientes), pasaron de ser un contrapeso del Ejecutivo Federal a empleados al servicio de su titular, que bailan al son que les tocan y le satisfacen hasta sus más absurdos deseos.

Sin embargo, quienes no titubean ni retroceden pese a los constantes ataques y descalificaciones en su contra, son los gobernadores que integran la llamada “Alianza Federalista”, pues en eventos simultáneos y respaldados por representantes políticos y sociales de sus respectivos Estados, amagaron no sólo con dar batalla jurídica y política, sino también con una eventual ruptura del Pacto Federal en el caso de que no exista un diálogo efectivo con el Gobierno de la República y se atiendan sus peticiones relacionadas con el reparto presupuestal para el año 2021 y la extinción de los fideicomisos.

Ya se verá el rumbo que tome esta disputa entre los Estados rebeldes y la Federación, pero es claro que una persona tan autoritaria e intolerante a la crítica no se va a quedar de brazos cruzados. Por lo pronto, al ser consultado sobre el tema, manifestó que no se reunirá con los gobernadores aliancistas para impedir que utilicen la institución presidencial. Cínica respuesta de una persona que ha pisoteado una y otra vez dicha investidura, callando como momia, por ejemplo, ante los embates de Trump en contra de nuestro país o doblando las manos ante el crimen organizado al autorizar la liberación de un hijo del “Chapo”, disculpen del señor Guzmán Loera, ya que no nos gusta faltarle al respeto.

Así las cosas, habría que avisarle al distinguido médico Hugo López-Gatell que quizá sea el Presidente quien padezca disonancia cognitiva, toda vez que se encuentra más concentrado en la recuperación de piezas históricas que en la reconstrucción de un país que literalmente se está yendo al carajo (aunque claro él, como siempre, tiene otros datos).