Cualquier tribuna a cualquier costo, aunque no haya gente, aunque sea legal y no moral

#MonitoréameEsta Por: Verónica Bacaz

La obsesión y ambición de poder de Lucia Meza Guzmán por aparecer en cualquier tribuna a cualquier costo, se observó claramente en la pasada ceremonia solemne del 154 Aniversario de la Erección del Estado de Morelos en el Congreso local.

Con una actitud arrogante y sintiéndose ya en el papel de mandataria (no el balde lo que aprendió en la escuela de su maestro, Graco Ramírez), Lucia Meza asistió como invitada especial a dicha conmemoración acompañada de un diputado y un dirigente del PRI y algunos panistas, pero como senadora con licencia, no como candidata.

Aprovechó que el presidente de la Mesa Directiva, Francisco Sánchez Zavala de extracción panista sigue con un poco de liderazgo al frente del recinto de Gándara y, para pedir el favor, pese a ser un espacio donde debe imperar la democracia el panista de la tierra de la Cecina, extendió la invitación únicamente a su candidata de coalición.

A pesar de que al oriundo de Yecapixtla y cacique de la región, se le conminó por parte de otras legisladoras, a no solo invitar a Meza Guzmán, si no también a Margarita González Saravia de la coalición “Sigamos Haciendo Historia” y a Jessica Ortega de Movimiento Ciudadano, este hizo caso omiso y solo convocó “especialmente” a la del FAM. Hecho que fue mal visto por los demás legisladores.

Aún y cuando Jessica Ortega es aspirante del partido naranja, al mismo al que pertenece el impresentable diputado de MC, Julio César Sólis Serrano -el cual es digno de una buena investigación por parte de la Fiscalía Anticorrupción y ha sido gran aliado de Sánchez Zavala-, la del movimiento Fosfo no fue convocada tampoco.

Sánchez Zavala, encargado de los recursos económicos en el recinto de Gándara se salió con la suya y paseó a Meza Guzmán por los caminos del Congreso que dirigen a los gobernadores o invitados especiales a ceremonias de este tipo, sí, como si ya fuera la gobernadora (Dios nos libre).

Aún así, no había gente suficiente en el salón de plenos, comparten testigos del suceso a esta corresponsal, es decir, no hubo el aplausometro esperado para la candidata ahí presente, perdón, la senadora con licencia.

No es ilegal el acto, pero no es moral, cuando se supone que en el Congreso del Estado existen los contrapesos necesarios para que el estado transite en una clara democracia.

Lo cual no ha sido posible desde que se convirtieron en el terrible y odiado G15 (incluso con algunos morenistas) para golpetear a Cuauhtémoc Blanco, actual gobernador con licencia.

Lucia Meza entró en una actitud de empoderamiento pero con invitación como “senadora con licencia”, cuando supuestamente no debería incursionar en actividades públicas con este título, si no ya como candidata, así actuó como cuando sus propios correligionarios o periodistas y/o comunicadores que la cubren, tratan de buscarla vía telefónica y no responde ni mensajes ni llamadas.

Pero, en todo caso, ¿por qué Sánchez Zavala no invitó a la senadora suplente de Lucia Meza, la morenista Leticia Peña Ocampo?

Ella es la actual senadora representante de Morelos, en la tribuna más alta del país, si a formalidades nos vamos. En fin, actuaron como siempre lo han hecho desde que tomaron protesta en una aparente legalidad pero sin moralidad, como si los morelenses no se dieran cuenta.

Ataviada en un vestido de cóctel negro escotado, como si fuera a una noche de antro en la Ciudad de México, pero por ahí de los años 2000; Lucia Meza entró al recinto de Gándara como senadora invitada, pavoneándose como si fuera ya la gobernadora, alguien le dijo “creetela”…

Pero dicha ceremonia, ameritaba un bonito traje sastre, de esos similares a los que ocupan las gobernadoras de Quintana Roo o Guerrero, las hace ver elegantes y formales.

Esperemos esta tarde, el debate, en donde el Impepac, ha inclinado todo a favor de Lucia Meza, con notables ventajas sobre sus adversarias, como ubicarle en medio del escenario, iniciar el debate y sin que hasta ahora el instituto le pusiera un freno a su constante ataque y guerra sucia contra Margarita González Saravia.