Por: Verónica Bacaz
A pesar de que la semana pasada, en un tono desafiante dijo que NO va a renunciar al cargo, hasta que el Congreso del Estado, ya sea con la actual legislatura o la venidera, le notifique una causa grave, aún está en duda ¿qué pasará con el fiscal Uriel Carmona Gándara, después del triunfo apabullante de Morena?
Claramente la 55 legislatura ya no hizo nada, muy independientemente de lo que declaró el desalineado diputado, Arturo Pérez Flores, de que promoverán una iniciativa para reducir su periodo de 9 a 6 años, es claro que no harán nada.
Esa iniciativa la puso en la mesa, la gobernadora electa, Margarita González Saravia, por lo que ella llevará la batuta. No se adorne diputado Pérez Flores.
Y es que si no lo hicieron en tres años, qué avance se puede esperar en los pocos meses que le quedan a la deficiente y terrible legislatura que encabeza el panista Francisco Sánchez Zavala y sus aliados, efectivamente, NADA.
Sin embargo, ¿realmente conviene modificar la ley, para reducirle el periodo y que ello permita que se vaya del cargo con pensión, vitalicia, prestaciones y guaruras con cargo al erario?
Vale la pena analizar todas las salidas jurídicas que él mismo puede usar en su favor, si le modifican la ley. Es decir, si le reducen el periodo y le toca salir este año, cómodamente se irá con los bolsillos llenos y su gotita mensual.
Pero, si dejan la ley como está y mejor le inician con la formación de causa, no tendría que costarnos a los morelenses su manutención de por vida, ya tuvo suficiente con estar todo este tiempo al frente de una institución que alcanzó un presunto anual de mil millones de pesos.
Quizás es un planteamiento no legal, porque la ley indica el cuidado de los fiscales una vez que dejan el cargo, pero tampoco es moral que haya ejercido un presupuesto de mil millones de pesos cuando no hay avances significativos y la impunidad sigue.
La legislatura que viene, que encabezará puntualmente el morenista y político experimentado, Rafa Reyes, tiene otras opciones para removerlo, aunado a la causa grave a la que él se engancha para no moverse del cargo.
Una es la pérdida de la confianza, se trata de un tema de seguridad y un caso reciente es el del secretario de Seguridad del Estado de México, Andrés Andrade Téllez, quien después de 10 meses, fue separado del cargo por esta condición.
Y es que en Estado de México, comprobaron que Andrade Téllez fue autor de varios golpes mediáticos contra el secretario de Gobierno de dicha entidad, Horacio Duarte.
¿Suena familiar? Claro, el fiscal Uriel Carmona ha movido todos sus hilos para colocar a familiares y amigos en los diferentes poderes, como el Judicial y el Legislativo, pero también en medios de circulación nacional, asociaciones de abogado y más para el golpeteo constante y mediático contra el gobierno de Cuauhtémoc Blanco e incluso su familia.
Pero viene una legislatura que se antoja interesante, de entrada una sobre representación de Morena en la cual se ve a la cabeza al morenista y exalcalde de Jiutepec, Rafa Reyes. No quiere decir que digamos que es bueno porque como en toda democracia se requieren contrapesos, pero tendrán en sus manos la primera indicación de la primera presidenta del país, Claudia Sheinbaum Pardo y la primera gobernadora morelense, Margarita González Saravia, remover a Uriel Carmona.
Sin duda será un choque de trenes, lucha de titanes, porque Sánchez Zavala ha cuidado mucho al fiscal, pero Rafa Reyes no le dejará tan fácil el camino de seguir perpetuándose en la silla de la presidencia de la mesa directiva, Rafa sí es un político experimentado, cauteloso y contundente. No la tendrá fácil el panista integrante del cacicazgo en Yecapixtla.
Hay más causales que pueden ayudar a remover a Uriel Carmona, muchos abogados lo saben, sería bueno consultar a alguna de las asociaciones que no se sumaron a la excandidata del Frente Opositor, Lucia Meza. Hay abogados que si fueron prudentes y no se dejaron manipular por la señora senadora. Y pronto les compartiré quienes no lo hicieron.